5 de abril de 2007

VÍA CRUCIS

PRESIDIDO POR EL SANTO PADRE BENEDICTO XVI EN EL COLISEO VIERNES SANTO 2006

V. Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi.
R. Quia per sanctam crucem tuam redemisti mundum.


PRIMERA ESTACIÓN
Jesús es condenado a muerte
Stabat mater dolorosa,
iuxta crucem lacrimosa,
dum pendebat Filius.
(Vía Crucis de Felix Anton Scheffler - 1757 Iglesia de San Martín - Ischl, Seeon (diócesis de Múnich) - Alemania

Lectura del Evangelio según San Mateo 27, 22-23.26

Cronista: Pilato les preguntó:
Voz: «¿y qué hago con Jesús, llamado el Mesías?»
C. Contestaron todos:
V. «¡que lo crucifiquen!»
C. Pilato insistió:
V. «pues ¿qué mal ha hecho?»
C. Pero ellos gritaban más fuerte:
V. «¡que lo crucifiquen!»
C. Entonces les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran.

SEGUNDA ESTACIÓN
Jesús con la cruz a cuestas
Cuius animam gementem,
contristatam et dolentem
pertransivit gladius.

Lectura del Evangelio según San Mateo 27, 27-31

C. Los soldados del gobernador se llevaron a Jesús al pretorio y reunieron alrededor de él a toda la compañía: lo desnudaron y le pusieron un manto de color púrpura y trenzando una corona de espinas se la ciñeron a la cabeza y le pusieron una caña en la mano derecha. Y doblando ante él la rodilla, se burlaban de él diciendo:
V. «¡Salve, Rey de los judíos!».
C. Luego lo escupían, le quitaban la caña y le golpeaban con ella en la cabeza. Y terminada la burla, le quitaron el manto, le pusieron su ropa y lo llevaron a crucificar.

TERCERA ESTACIÓN
Jesús cae por primera vez
O quam tristis et afflicta
fuit illa benedica
mater Unigeniti!
Lectura del libro del profeta Isaías 53, 4-6

C. Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores;nosotros lo estimamos leproso,herido por Dios y humillado, traspasado por nuestras rebeliones,triturado por nuestros crímenes.Nuestro castigo saludable vino sobre él,sus cicatrices nos curaron.
V. Todos errábamos como ovejas,cada uno siguiendo su camino,y el Señor cargó sobre éltodos nuestros crímenes.

CUARTA ESTACIÓN
Jesús se encuentra con su Madre
Quæ mærebat et dolebat
Pia mater, cum videbat
Nati poenas incliti.

Lectura del Evangelio según San Lucas 2, 34-35.51

C. Simeón los bendijo y dijo a María, su madre:
V. «Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma».
C. Bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad. Su madre conservaba todo esto en su corazón.

QUINTA ESTACIÓN
El Cireneo ayuda a Jesús a llevar la cruz
Quis est homo qui non fleret,
matrem Christi si videret
in tanto supplicio?

Lectura del Evangelio según San Mateo 27, 32; 16, 24

C. Al salir, encontraron a un hombre de Cirene, llamado Simón, y lo forzaron a que llevara la cruz. Jesús había dicho a sus discípulos:
V. «El que quiera venir conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga».

SEXTA ESTACIÓN
La Verónica enjuga el rostro de Jesús
Quis no posset contristari,
piam matrem contemplari,
dolentem cum Filio?
Lectura del libro del profeta Isaías 53, 2-3

C. No tenía figura ni belleza.Lo vimos sin aspecto atrayente,despreciado y evitado por los hombres,como un hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos, ante el cual se ocultan los rostros.

Lectura del libro de los Salmos 41, 2-3

V. Como busca la cierva corrientes de agua,así mi alma te busca a ti, Dios mío;tiene sed de Dios, del Dios vivo:¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios?

SÉPTIMA ESTACIÓN
Jesús cae por segunda vez
Pro peccatis suæ gentis
vidit Iesum in tormentis
et flagellis subditum.
Lectura del profeta Jeremías 12, 1

C. Tú llevas la razón, Señor,cuando discuto contigo,no obstante, voy a tratar contigo un punto de justicia.¿Por qué tienen suerte los malvados, y son felices todos los perversos?

Lectura del libro de los Salmos 36, 1-2.10-11
V. No te exasperes por los malvados,
no envidies a los que obran el mal:
se secarán pronto, como la hierba,
como el césped verde se agostarán.
Aguarda un momento: desapareció el malvado,
fíjate en su sitio: ya no está;
en cambio, los sufridos poseen la tierra
y disfrutan de paz abundante.

OCTAVA ESTACIÓN
Jesús encuentra a las mujeres de Jerusalén
Tui Nati vulnerati,
tam dignati pro me pati,
poenas mecum divide.

Lectura del Evangelio según San Lucas 23, 27-29.31

C. Le seguía una gran multitud del pueblo y mujeres que se dolían y lamentaban por él. Jesús se volvió hacia ellas y les dijo:
V. «Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, llorad por vosotras y por vuestros hijos, porque mirad que llegará el día en que dirán: “dichosas las estériles y los vientres que no han dado a luz y los pechos que no han criado...”. Porque si así tratan al leño verde, ¿qué pasará con el seco?»

NOVENA ESTACIÓN
Jesús cae por tercera vez
Eia, mater, fons amoris,
me sentire vim doloris
fac, ut tecum lugeam. Lectura del profeta Habacuc 1, 12-13; 2, 2-3

C. ¿No eres tú, Señor, desde antiguo mi santo Dios que no muere? Tus ojos son demasiado puros para mirar el mal, no pueden contemplar la opresión. ¿Por qué contemplas en silencio a los bandidos, cuando el malvado devora al inocente?
V. «Escribe la visión, grábala en tablillas, de modo que se lea de corrido. La visión espera su momento, se acercará su término y no fallará; si tarda, espera, porque ha de llegar sin retrasarse».

DÉCIMA ESTACIÓN
Los soldados se reparten las ropas de Jesús
Fac ut ardeat cor meumin
amando Christum Deum,
ut sibi complaceam.

Lectura del Evangelio según San Juan. 19, 23-24

C. Los soldados, cuando crucificaron a Jesús, tomaron su ropa, haciendo cuatro partes, una para cada soldado. Y apartaron la túnica. Era una túnica sin costura, tejida toda de una pieza de arriba abajo. Y se dijeron:
V. «No la rasguemos, sino echemos a suertes a ver a quien le toca».
C. Así se cumplió la escritura: «Se repartieron mis ropas y echaron a suertes mi túnica».

UNDÉCIMA ESTACIÓN
Jesús clavado en la cruz
Sancta mater, istud agas,
Crucifixi fige plagas
cordi meo valide.

Lectura del Evangelio según San Mateo. 27, 35-42

C. Después de crucificarlo, se repartieron su ropa echándola a suertes y luego se sentaron a custodiarlo. Encima de la cabeza colocaron un letrero con la acusación: «Éste es Jesús, el Rey de los judíos».Crucificaron con él a dos bandidos, uno a la derecha y otro a la izquierda. Los que pasaban, lo injuriaban y decían meneando la cabeza:
V. «Tú que destruías el templo y lo reconstruías en tres días, sálvate a ti mismo; si eres Hijo de Dios, baja de la cruz».
C. Los sumos sacerdotes con los letrados y los senadores se burlaban también diciendo:
V. «A otros ha salvado y él no se puede salvar. ¿No es el Rey de Israel? Que baje ahora de la cruz y le creeremos».

DUODÉCIMA ESTACIÓN
Jesús muere en la cruz
Vidit suum dulcem
Natummorientem desolatum,
cum emisit spiritum.
Lectura del Evangelio según San Juan 9, 25-27

C. Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María de Cleofás y María la Magdalena. Jesús, al ver a su madre, y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su madre:
V. «Mujer, ahí tienes a tu hijo».
C. Luego dijo al discípulo:
V. «Ahí tienes a tu madre».
C. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa.
Lectura del Evangelio según San Mateo 27, 45-6. 50
C. Desde el mediodía hasta la media tarde vinieron tinieblas sobre toda aquella región. A media tarde Jesús gritó:
V. «Elí, Elí, lamá sabaktaní»,
C. es decir:
V. «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»
C. Jesús, dio otro grito fuerte y exhaló el espíritu.

DECIMOTERCERA ESTACIÓN
Jesús es bajado de la cruz y entregado a su Madre
Fac me vere tecum flere,
Crucifixo condolore,
donec ego vixero.
Lectura del Evangelio según San Mateo 27,55.57-58; 17,22-23

C. Había allí muchas mujeres que miraban desde lejos, aquellas que habían seguido a Jesús desde Galilea para atenderle.
Al anochecer llegó un hombre rico de Arimatea, llamado José, que era también discípulo de Jesús. Éste acudió a Pilato a pedirle el cuerpo de Jesús. Y Pilato mandó que se lo entregaran

C. Mientras Jesús y los discípulos recorrían juntos la Galilea, les dijo Jesús:
V. «Al Hijo del hombre lo van a entregar en manos de los hombres y lo matarán, pero resucitará al tercer día».
C. Ellos se pusieron muy tristes.

DECIMOCUARTA ESTACIÓN
Jesús es puesto en el sepulcro
Quando corpus morietur,
fac ut animæ donetur
paradisi goria. Amen.
Lectura del Evangelio según San Mateo 27, 59-61
C. José, tomando el cuerpo de Jesús, lo envolvió en una sábana limpia, lo puso en el sepulcro nuevo que se había excavado en una roca, rodó una piedra grande a la entrada del sepulcro y se marchó. María Magdalena y la otra María se quedaron allí sentadas enfrente del sepulcro.

Lectura del libro de los Salmos 15, 9-11

V. Por eso se me alegra el corazón
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.
Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha.

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