(Et.) Palabra francesa, inexistente en otros idiomas, que tiene como objetivo complicar la vida de los viajantes que llegan tarde a la estacion, al obligarles introducir el pasaje de tren (que a esa altura generalmente no recuerdan donde lo guardaron) en una maquina de compostage. Ademas de esta diabolica palabra, inventaron también el delito de no-compostage que consiste en una multa por tener la osadia de subirse al tren sin haber previamente compostado el billete. Los desprevenidos extranjeros son adeptos a cometer este tipo de infracciones, ya que, curiosamente, los guias de viajeros, guardan un complice silencio sobre el compostage.
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