9 de mayo de 2007

Bastille y Concorde


El pasado domingo a la noche, sólo se quemaron 730 autos en Francia. Algunos más de los 425 que ardieron para festejar el año nuevo. También 78 policías fueron heridos.



Domingo a la noche.

Segundo round de las elecciones. No había mucho para elegir. Pero se elegía igual.

Curiosamente ambas pandillas habían organizado su fiesta y desfile de la victoria electoral en dos plazas parisinas.

Los más zurdos se habían reunido en la Place de la Bastille. Allí donde los manuales escolares cuentan que el pueblo en ira se sublevó contra una tiranía insoportable y quemó el último bastión del absolutismo. Lo que no cuentan los manuales escolares es que en la cárcel de la Bastilla había sólo siete prisioneros, que ese fue el comienzo de la tiranía del pueblo y que… pero dejemos los manuales escolares y todos sus horrores de lado y volvamos a lo nuestro.

La Plaza de la Bastilla es todo un símbolo. La elección de ese lugar no es casual.

Como tampoco lo es la del otro bando. La de los también zurdos, aunque un poco menos zurdos. La de los vencedores, aunque no mejores.

La Plaza de la Concorde. Con el Obelisco de Luxor clavado en el medio. En el lugar mismo donde fuera guillotinado un 21 de enero de 1793 Louis XVI. Allí, donde la guillotina imparable y sedienta de sangre cortó cabezas durante años, allí se festejó la victoria hasta altas horas de la madrugada.

Pero claro, los de la Bastille habían perdido la contienda. El oráculo de las urnas habló y les dio la victoria a los de la Concorde.

Y los tipos, en la Bastille, se aburrían. Estaban fastidiados y algo deprimidos. Así las cosas, juntaron las boletas inutilizadas y prendieron un fuego. Después cargaron con encendedores, un poco de alcohol y quemaron algunos autos.

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