19 de junio de 2007

Diferencias

Leía esta mañana, en el subte, que se aprestan a realizar el fin de semana una nueva marcha del “orgullo gay”.

Y van…

En Francia, existe una ley anti-discriminación, adoptada el 31 de diciembre de 2004, contra el empleo de términos “homofóbicos”. El texto de esa ley es extremadamente vago. “Homofóbica” es toda frase declarada como tal por un tribunal. Si el Tribunal lo dice…

Y no es chiste. Ya que al resentido orgullo gay no le gustan las bromas.

No se atreva a gritarle en el medio de la calle “maricón” a alguien. Eso puede constarle seis meses de cárcel y hasta 22.500 euros de multa. Si además de gritarlo, lo publica, la sanción se eleva a un año de cárcel y 45.000 euros.

(…)

Domingo pasado estaba en misa.

Tomás hacía ruido y se empecinaba en cantar fuerte.

Con su todavía no cumplido primer año, hacía temblar los vitrales de la iglesia con lo que él pensaba eran notas afinadas. Pero no lo eran.

Empecé a notar cierta animosidad entre mis vecinos de banco.

Y me fui con el cantante pal’ fondo de la iglesia. Como se debe.

Ahí donde las desafinadas voces de los bebés menos molestan. Y ahí donde suelen encontrarse los bebés que desafinan.

Había una beba. No tenía mas de un año y medio.

Lo vió a Tomás. Este ultimo se había calmado y estaba sentado a mis pies.

La beba gateaba. Y vino hasta donde él. Y empezó a dar vueltas alrededor.

Tomás no daba muestras de importarle. Hasta parecía indiferente.

Y la beba dele dar vueltas. Pero cuando comprendió que no servía para nada lo que hacía, se fue gateando.

Volvió poco después, con una hoja “El domingo” en la mano. Y se la tendió a Tomás.

Y ahí el tipo si se interesó. Y quiso la hoja.

Pero la beba no se la dió. Y empezó a dar vueltas de nuevo a su alrededor, pero esta vez con la hoja en la mano.

Y el tipo, la seguía con sus ojos, desesperado de no poder alcanzarla.

Lo masculino y lo femenino. Lo tenía ahí, adelante mío.

Hasta me solté una carcajada en el medio del sermón.

Me fui afuera pensando en eso.

Y a la noche me leí de nuevo el Evangelio. Porque del sermón, poco y nada me acuerdo.

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